miércoles, 11 de septiembre de 2019

Nueve rondas: Al paso del arribeño #1

"Nos resguardamos del sol en el corredor, a pesar de que
en su techo había un enorme agujero."
La cabeza va ligada a la razón y es por ello que comenzamos por ilustrar la esencia del libro al elegir este titulo como el primero. Aunque no me gusta escoger por los lectores cuál de los cuentos será el que deguste primero con la lectura, de alguno en especial debía de comenzar y que mejor que comenzar ilustrando el nivel del género que encontrará, la clase de horror sutil que pueblan sus páginas.

Al paso del arribeño nos lleva por el viaje de un recién llegado hacia las creencias más arraigadas en un grupo de personas, acostumbradas a la aceptación de la fatalidad como algo cotidiano, y tan ineludible como lo es el encuentro con las diferentes caras de la muerte. La consecutiva cadena de confrontación, desanimo, aceptación y rechazo, alimenta la trama como en un círculo vicioso dantesco, creando en cada personaje una incomodidad psicológica distinta como lo son el miedo, la ansiedad y la des-personalización de los acontecimientos vividos.

El arribeño somos todos los que accedemos por primera vez a las Nueve rondas, nos volvemos fugaces protagonistas y lo seremos todas las veces que regresemos a las líneas de algún cuento del libro. La banal búsqueda del protagonista principal por llegar a un destino y su encuentro con lo sobrenatural, nos remonta a la idea de la existencia de algo, que va más allá de nuestros intereses individuales y que se deja ver en los momentos menos esperados, para marcar presencia en un mundo al que no accedemos sino únicamente a través de la creencia.   

"Las aves domésticas eran obsesiva mente
 negras, no había gallo o gallina que desentonara de ese color."
Cate Edwards - Art work
La idea de un protagonista que se declara abiertamente ajeno a un entorno propuesto, fue algo que fui observando y que hasta ahora veo mucho cuando me toca hablar con gente de diferentes edades y sus reacciones al oír la historia de alguien más. El escepticismo con el que nos movemos para esconder nuestra intriga no es algo que se vea solo en la actualidad. Es producto de una existencia automatizada, pero también es el primer eslabón de la aceptación de un acontecimiento que escapa ante nuestra lógica más cotidiana, es la forma de aprobación más pura a la que se somete una historia sea cual fuere su naturaleza.  

En este cuento, el estilo narrativo directo nos conduce a una accidental confrontación de la existencia de lo sobrenatural como una sombra de mujer a un lado del camino que saluda al protagonista durante la inacabable búsqueda de un intangible destino, en un mundo que se obsesiona solamente con lo tangible.    
  
Como su nombre mismo lo dice a un paso del arribeño se encuentra todo lo sobrenatural, esperando que le demos la debida atención, acechando nuestras humanas trivialidades, esperando que los veamos para devolvernos la mirada. 


Nueve rondas se encuentra para la venta en la librería de Servilibro en la plaza Uruguaya de Asunción. También pueden ponerse en contacto con su página oficial en el facebook. #NueveRondas

jueves, 28 de marzo de 2019

Nueve rondas: En memoria de Felicia #5

Es común subestimar a la literatura de horror en lo concerniente a lo social, sin detenernos a pensar que también sirve, como todo en la literatura, de un espejo. El cuento número cinco es una historia tan terrible y cotidiana en nuestro hemisferio que decidí plasmarlo por siempre en las Nueve rondas.

Nos lleva por un escabroso sendero hasta la cima de unos pecados tan atemporales como lo son el crimen y la venganza. Nos zambulle hasta los más vidriosos paradigmas para intuir el contexto de la historia con apenas algunos detalles en la narración.  

En memoria de Felicia es el cuento de nuestra caperucita regional, imposible de encasillar en un estrato determinado, porque es un problema que trasciende los niveles académicos y económicos de las víctimas. Es un estado de resignación que se traduce en la incapacidad colectiva de defenderse o de identificar a los sujetos como Mauro, no todos los agresores andan con machete en mano. De allí su nombre: En memoria de Felicia. Que está para recordarnos que un agresor va a ser siempre agresor.   

Escribí este cuento porque es algo de lo que nos advierten tanto en la adolescencia y en la juventud, que muchas veces cuando nos encontramos dentro de ese ciclo, ni siquiera nos damos cuenta, o al identificarlo, nos cuesta salir de él.

La historia está elaborada desde las dos perspectivas, la de Felicia que es la protagonista y que en su mutismo también cuenta su historia a través de pistas esparcidas, y de Mauro, quien expone con absoluta convicción la justificación de su acto, con apenas unas frases sueltas.

Es imposible no sentir un gusto como de cuento verídico al tratar de ver a través de los hilos de la trama y es porque quise contar una historia absolutamente veraz en los detalles, jugar con el canon de que las historias reales sobrepasan la perversión del horror concebido para divertir, como son los cuentos de terror. Quise convertir a los lectores de este cuento en testigos espectrales, que seguían cada palabra con ojos inquisitivos hasta el desenlace final. Juzgar quienes son los culpables e inocentes de esta historia dependerá de los lectores que seguirán animando la memoria de Felicia, cada vez que sus ojos se paseen por sus líneas.   

Nueve rondas se encuentra para la venta en la librería de Servilibro en la plaza Uruguaya de Asunción. También pueden ponerse en contacto con su página oficial en el facebook. #NueveRondas