En esta oportunidad tuvimos la posibilidad de hablar sobre su libro con Ronald Maidana y todas las peripecias que conllevó su creación. Una brevísima ojeada a toda su trayectoria hasta la fecha nos arroja luz sobre sus actividades como corresponsal y consultor Internacional de la Revista UFO (Brasil), colaboró en otras publicaciones como “ALPHA” (Brasil), “IDREC” (Argentina) y “Alternativa OVNI” (Argentina), etc.
Miembro del “Proyecto Magonia Exchange“, creado por Chris Aubeck, grupo de investigadores que recopilan, comparten y acumulan información sobre todo tipo de eventos inexplicables, desde la antigüedad hasta el año 1947.
También ha disertado en conferencias internacionales realizadas en Brasil, como el “IV Fórum Mundial de Ufologia”, 2012, “VIII Fórum Mundial de Ufología”, 2016, ambos en Foz de Iguazú; “XXIV Congreso Brasilero de Ufología – V Encuentro de Ufología Avanzada de Paraná”, 2019, en Curitiba; “UFO-PIAUI”, 2019, en Teresina.
El lanzamiento de tu libro fue en Junio del 2016 Decínos, ¿a qué te dedicás actualmente? Y si tenés algún lanzamiento o trabajo sobre el escritorio
Así es, el lanzamiento fue coincidentemente en el mes que se rememora el presunto “primer avistamiento de OVNIs en la época moderna” (Caso Kenneth Arnold, 24 de junio de 1947, EEUU), puesto que fue la caja de resonancia mediática de fenómenos aéreos no identificados que yacían en las sombras de la historia, al traer luz hacia un tema ignoto para la opinión pública con la inevitable construcción cultural que arrastra toda esta fenomenología.
Cuando el libro se terminó de imprimir, sentí un gran alivio, puesto que tras ella se esconde una gran odisea. Los obstáculos aparecen siempre y de diferentes maneras, el primero fui yo, confieso que había momentos en que me preguntaba ¿Vale la pena lo que estoy haciendo? Por momentos quise tirar todo por la borda, pero luego al ver los casos, los testimonios de aquellas personas que confiaron en mi persona, los análisis, el esfuerzo, el tiempo invertido, todo ese cúmulo anecdótico inédito en su mayoría, sin mencionar la meta que me había propuesto, escribir un libro de investigación sobre OVNIs en el Paraguay, para demostrar que al igual que en otros lares, aquí también sucedieron y suceden cosas extrañas, fueron sacudidas mentales que me llevaron a pensar que todo esto no puede estar en el olvido, debe ver la luz, al conocimiento (cualquiera sea su naturaleza) si no le das una utilidad, no sirve para nada. Una verdadera investigación que se precie como tal debe poseer “libertad”, para ello debemos despojarnos de todo prejuicio o preconcepto sobre un tema, como una vez precisó el filósofo y matemático Blaise Pascal, “El que duda y no investiga, se torna no sólo infeliz, sino también injusto".
Desde hace mucho tiempo vengo investigando varias cosas, si bien no estoy activamente haciendo pesquisas de campo actualmente (salvo casos puntuales), siempre estudio la fenomenología en su conjunto, y pacientemente voy reconstruyendo la historia de los no identificados en nuestro país. La prisa no es mi compañera, puedo tomarme largos periodos de descanso, pero tras bambalinas sigo analizando cosas, documentado, descartando casos o encontrando conexiones entre testimonios. Conviene recordar que “Sólo cuando la mente está libre de ideas y creencias puede actuar correctamente”, como profirió una vez el gran pensador Jiddu Krishnamurti, intento escapar de esa telaraña epistémica que rodea al tema OVNI. El exceso de información, es ruido, obnubila el discernimiento, la inteligencia es como una espada con la que cortas la realidad, los problemas, para descubrir su interior, no un pesado e insostenible colosal banco de datos. No obstante es de menester recalcar que se debe disfrutar de lo que se hace, y no obsesionarse con las respuestas, estas efímeras y siempre cambiantes.
Estoy más en mi vida personal, así como también investigando y explorando otras áreas ¿Habrá una continuación del libro “OVNIs en el Paraguay”? Sólo el tiempo y las circunstancias lo dictaminarán, si ello sucede será la compilación de los casos que no llegaron a estar en el primer libro, así como muchos otros inéditos que voy descubriendo y estudiando, sin mencionar la actualización de algunos de los que ya han sido presentados. Escribir es la epítome de un sentimiento, se escribe cuando se ha gestado algo, cuando las ideas, investigaciones, visión, alcanzan cierto grado de madurez y claridad, rehúyo a todo compromiso por el mero acto de presentar un nuevo libro.
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Programa: "Sera un gran día" Canal 13 Enero 2020 |
Tengo entendido de que te tardaste diez años en seguir cada pista de archivo que podemos apreciar en tu libro ¿Cómo nació la idea de documentar de forma tan apasionada esta investigación?
La inexistencia de libros de investigación sobre el tema en nuestro país, fue el causal del libro. Hace muchos años un gran amigo, Federico Garozzo, me dijo “Ya que tanto te apasiona esto de los OVNIs ¿Por qué no escribís un libro sobre eso?”. El tema me arrobó la atención desde mi niñez, a los 11 años, y desde un buen tiempo reparé en el hecho de que no había libros nacionales que analicen o expongan las casuísticas. Algo que nunca mencioné en ninguna entrevista es que previamente venía escribiendo un libro que se iba a titular “Buscando Señales”, donde exponía la historia de los OVNIs, los casos más famosos, etc., y uno de los capítulos era “OVNIs en el Paraguay”, hasta que me detuve diciéndome “¿Qué estoy haciendo, hablando más de lo mismo? ¿Por qué no arriesgarme y escribir algo absolutamente original?” y de paso paliar ese orondo vacío en la literatura de investigación ufológica nacional. Ese proyecto anterior, lo boté a la basura.
Todo lo que tenía hace mucho tiempo atrás, era sólo un recorte periodístico del extinto diario “Noticias” (1984-2005), publicado en 1996, sepia por el paso del tiempo, que se titula “La Presencia de OVNIs en la Guerra del Paraguay”, un texto perteneciente a María Virginia Capallo, que consultaron a su vez de la desaparecida publicación argentina “Revista Cuarta Dimensión” N° 28. Y otro caso apenas de a oídas. Entonces comencé a buscar testigos, tras sus relatos buscaba publicaciones, esos textos me ofrecían otras pistas, buscaba a las personas mencionadas en las crónicas, viajaba para llegar a las fuentes, someter a análisis todo lo presentado y declarado, consultaba archivos o bases de datos de otros países, que sorpresivamente contenían escuetas entradas a casos paraguayos, y una cosa comenzó a llevar a la otra. Hay una ardua labor de recopilación y reconstrucción a partir de nada prácticamente. Todo lo que iba encontrando e investigando era importante documentar, sin embargo todo este trabajo es a puro pulmón.
Sin duda lo es. Allí reposa una masa testimonial de personas inconexas, distantes y de diferentes tiempos en nuestra historia, que convergen en un solo punto, el avistaje de “OVNIs” en los cielos u otros fenómenos relacionados. Sin aludir a las diferentes documentaciones. Más allá de las explicaciones que han surgido y las que quedan sin ellas. Al observarse en su conjunto se descubre la naturaleza metadisciplinar del estudio de los OVNIs (desde hace un tiempo relativamente corto, bautizados como UAPs, siglas del inglés “Unidentified Aerial Phenomena” o “Fenómeno Aéreo No Identificado”, como un intento de presunto despojo del bagaje cultural que arrastra, sin embargo a mi entender es una ilusión, el problema sigue intacto, por más que lo cambien de nombre, me recuerda a lo que escribió el inmortal William Shakespeare, “Si la rosa tuviera otro nombre, aún tendría la misma fragancia. La verdad de las cosas está en su esencia”), puesto que comprende a la historia, la psicología, astronomía, meteorología, informática, sociología, folclore y un largo etcétera.
El escepticismo bien entendido está bien, pero un exceso de él, conduce inexorablemente al negacionismo (un sistema de creencias) y finalmente a la muerte del espíritu científico, que busca comprender precisamente lo que desconoce o no comprende del todo. De hecho investigamos porque dudas hay, sean cuales fueran. Toda persona que analice seriamente el tema de los OVNIs, son los mejores escépticos (incluso a veces más que los mismos detractores), puesto que conocen a profundidad los pros y contras de su estudio, diversas formas de engaño, entre otras cuestiones. Sin mencionar que un error común en los negacionistas, es la de confundir las evidencias (testimoniales o documentales) con las especulaciones. La ciencia de por sí es escéptica, pero hay que comprender que como tal tiene sus límites, restringido siempre al paradigma científico actual y las limitaciones del método mismo.
“Uno nutre el árbol de la ciencia, sin saber que rama conducirá a la manzana” reflexionó el biólogo R. H. Ellis.
La ufología es estudiar todo lo que no es. Son más de 46 testimonios según conté los que conforman tu libro ¿De dónde empezaste, cómo pudiste vislumbrar la punta del ovillo para poder comenzar a hilar este libro?
Exactamente y es precisamente estas “evidencias negativas” (todo lo que no es), lo que lleva a denostar mucho a la ufología, que francamente es “tierra de nadie” por lo que han proliferado charlatanes y oportunistas variopintos. Sin embargo la lógica funciona por descarte y por más extraordinario que pueda parecer algo, si se han eliminado las cosas comunes, y queda aún aquello, por más inverosímil que parezca debe ser cierto. Una frase repetida hasta el hartazgo es “afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria”, atribuida al gran astrónomo Carl Sagan, sin embargo el sociólogo y escéptico Marcello Truzzi ya dijo algo similar en “On the Extraordinary: An Attempt at Clarification” (1978). Hay un problema insoslayable con este argumento, “lo extraordinario” es subjetivo, de igual forma una evidencia, ya lo es por sí misma, el hecho de que sea extraordinario o no, es un juicio personal y está íntimamente relacionado con el sistema de creencias así como a la experiencia de la persona o un grupo.
Me ha tocado enseñar a personas que las estrellas son soles distantes, otros sistemas estelares a miles de millones de años luz. Recuerdo la cara de un muchacho: “¡Wow!” me dijo, sin duda algo extraordinario, pero ¿Qué veíamos nosotros? A juzgar observacionalmente, simples puntos de luz en el firmamento oscuro ¿Dónde estaba la ‘evidencia extraordinaria’ de esos mundos distantes? Se halla en su interpretación, apoyada en el extenso estudio científico desde hace muchos siglos, palabra clave “interpretación”.
Parafraseando al ilustre físico Niels Bohr (a quien debemos el modelo atómico actual) llegó a decir esto, “Toda mi vida he trabajado con átomos, sin embargo nunca he visto ninguno”.
En cuanto al inicio de la investigación te respondí anteriormente, no lo pudiste decir más correctamente “vislumbrar la punta del ovillo”, a esta conclusión estoy llegando, por lo que se ha publicado en el libro no es más que el comienzo. Paulatinamente voy juntando las piezas dispersas y muchas veces perdidas, de la historia de los no identificados de nuestro país.
¿Qué pensás del fenómeno ovni? ¿Vos crees o todavía necesitás más investigación?
Fundamentalmente que estamos tratando ante varios fenómenos y no sólo uno, por lo tanto de naturaleza dispar y mutuamente contradictoria con ciertas semejanzas en apenas algunas aristas. Probablemente van desde fenómenos naturales desconocidos hasta hipótesis más heterodoxas. La fenomenología OVNI es una polisemia, misma palabra, diversos significados de acuerdo al contexto.
La investigación OVNI no debería involucrar el tema de la creencia, sino que es una cuestión de análisis. No es un credo, es un campo de estudio. Tampoco es una ciencia, utiliza al método científico, tal vez sea una “proto-ciencia”, algo a medio camino, una vía transitada por unos pocos que utilizan el conocimiento y herramientas de otras disciplinas para intentar llegar a la resolución de lo que tratan. Existe un número indeterminado de hipótesis sobre qué podrían ser los OVNIs (se estima que son más de 150), de los cuales dos han fagocitado la opinión pública, “la hipótesis extraterrestre” y la “hipótesis psicosocial”, debido al impacto emocional que tienen, sin embargo la naturaleza de algunos de ellos, podría ser más extraño de lo que imaginamos.
Creo que la investigación apenas empieza ¿Qué son 74 años para unos complejos fenómenos que vienen de antaño? Las investigaciones irán filtrando los casos, desechando y explicando lo que sea plausible de hacerlo.
Y si una inteligencia no humana (sea cual fuera su naturaleza) se halla oculta tras algunas manifestaciones de los Fenómenos Aéreos No Identificados, comparto la reflexión que hizo el investigador y ex asesor de la NASA, el PhD. Richard Haines, fundador del NARCAP, con quien mantuve una breve correspondencia por email hace años atrás, “La humanidad no comprenderá completamente que son las UAP hasta que ‘ellos’ o ‘eso’ nos los permitan. En otras palabras, es probable que nuestra incapacidad actual para investigar la UAP de manera adecuada se deba a que el fenómeno central está mucho más allá de nuestro conocimiento actual e imaginación, por lo que nuestra ciencia ni siquiera está preparada para realizar las preguntas correctas” (Haines, 2017).
Cuando hiciste/haces tus investigaciones, ¿Cómo les encarás la pregunta a las personas involucradas en un avistamiento? ¿Tenés anécdotas que quieras compartirnos?
Muchísimas (risas) de todo hay. De acuerdo al suceso y el contexto voy inquiriendo. El respeto ante todo, debido a la renuencia existente frente a estos temas, el hecho de que alguien comparta contigo una experiencia significa a priori confianza, por supuesto abundan los mentirosos, estudiar los OVNIs me ha permitido profundizar humildemente en la naturaleza de la psiquis humana, en especial el fenómeno de la mentira, del que escribí un ensayo titulado “Índice de Fake – Cuantificando la posibilidad de engaño en el análisis de OVNIs” (2020), donde expongo la naturaleza de la mentira, tipología, las razones que llevan a alguien a fraguar casos o inventar detalles, etc.
Sin embargo es impagable el ver expresiones auténticas de asombro, o reacciones involuntarias tales como “erizarse los vellos de su piel” cuando relatan algunos casos, es evidente que algo tuvo un impacto emocional profundo en ellos y por supuesto las contrastaciones indirectas de ciertos detalles apuntan a que son personas honestas, allende sus creencias personales. La investigación OVNI es similar a un análisis o una pericia criminalística, vas recogiendo pistas, datos, recreando el suceso.
¿En qué librerías se consigue tu libro?
Lo pueden encontrar en cualquier sucursal de “El Lector” o en “Memoria Cultural” de San Lorenzo. Próximamente la versión en ebook.
¿Alguna vez te cruzaste con Blas Servín para hablar de tus investigaciones?
Sí, el Profesor Blas Servín me enseñó las bases de la astronomía, fue él quien me guio en los pasos de la astronomía observacional. Cuando tenía 15 años había fundado con un amigo de entonces (José Heriberto Alsina), la “Academia de Astronomía del Colegio Monseñor Lasagna” (2000), en aquellos tiempos realizábamos charlas sobre el Universo y enseñábamos a las personas sobre el manejo de los telescopios, entre otras cosas, y el Prof. Servín colaboró un poco con nosotros, algo de esto salió en la Revista Salesiana.
El Profesor Servín, mantenía una postura cerrada sobre el tema de los OVNIs, pero era una gran persona, sin duda ha formado generaciones de aficionados a la astronomía. Como él solía decir: “No me dedico a este tema” (referido a los no identificados), no tengo más nada que agregar.
¿Tenés algún mensaje para tus futuros lectores?
Realmente cada persona es única, espero que disfruten de su lectura, al recorrer las diferentes historias. Y que se encienda esa flama de la curiosidad.
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